”Cuando el grafeno encontró a la nanofibra”
El festival Future Port Prague, celebrado el pasado 7 de septiembre en la capital checa, permitió imaginar cómo sería la vida en un futuro desde el punto de vista tecnológico. Este fue el escenario elegido para presentar los últimos avances y prototipos de diversas empresas checas y extranjeras sobre todos estos campos, y para dar a conocer el proyecto de cooperación en materia de nanotecnología entre España y la República Checa.
Entre otros representantes españoles, acudieron al festival Future Port Prague el profesor Rodolfo Miranda, director del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados para Nanociencia (Imdea-Nanociencia ), quien explicó la naturaleza de los trabajos conjuntos entre el Imdea y el clúster de laboratorios y empresas nanotecnológicas de la República Checa.
Según Miranda, el primer proyecto, que acaba de ser aprobado por el Gobierno checo, consiste en “emplear una tecnología muy barata que ellos han desarrollado para producir nanofibras de muchas cosas distintas: de polímeros, de carbono, etc. Por ejemplo, en las de polímero, se trata de introducir nanopartículas que den alguna funcionalidad especial a estas nanofibras o bien meter nanofibras de carbono cuyo resultado sea un polímero conductor” .
En esta línea de colaboración checo-española, la parte checa aportaría su tecnología de nanofibras yla española su experiencia con el grafeno. No en vano, Madrid es actualmente la segunda ciudad de Europa donde más artículos científicos se escriben sobre este material, precedido de Londres.
A pesar de que se hablaba de él desde los años 30, el grafeno no se redescubriría hasta 2010, cuando Andréy Gueim yKonstantín Novosiólov describieron sus propiedades, un trabajo que les valió el premio Nóbel de Física. Se trata de una lámina de un solo átomo de espesor de átomos de carbono unidos en disposición hexagonal.
Tal y como relata Rodolfo Miranda, el grafeno es el material más delgado que se pueda imaginar pero, a su vez, ”es el más fuerte, el que cuesta más de romper porque, básicamente, es perfecto, no tiene ningún átomo fuera de su sitio” . Y añade: ”Es flexible, transparente, muy buen conductor de la electricidad, mucho mejor que el cobre o cualquier otro material, y tiene propiedades psicodélicas. Es completamente impermeable, ninguna molécula lo atraviesa y se pueden hacer membranas que filtren lo que se desee” . Los electrones, que es lo que conduce la corriente eléctrica, se propagan en el interior de esta placa súper delgada de grafeno a una velocidad increíble: ”solo 300 veces más lento que la velocidad de la luz en el vacío, eso quiere decir que los electrones se propagan en grafeno más rápido que la luz en la mayor parte de los materiales” , subraya el profesor Miranda.
De todas estas afirmaciones, se puede concluir que un cable eléctrico de cobre recubierto de grafeno conduciría la electricidad de forma mucho más eficiente, ahorrando energía, lo que daría paso a una nueva fase de la electrónica, prosigue Miranda.
Una radiación de teraherzios, que contiene muy poca energía, penetra a través de todo. Se podría por ejemplo hacer un escáner para los aeropuertos que vislumbrara absolutamente todo, incluso los objetos de plástico, acelerando así el control en la zona de equipaje.
El grafeno tiene innumerables aplicaciones en diferentes campos, desde las pantallas táctiles de los móviles hasta la fotografía. En este proyecto checo-español concreto, el grafeno podría ser la clave para dotar a las fibras de polímero de la conductividad eléctrica deseada.
